OPINIÓN; HABLEMOS DEL TEA: TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA
https://www.elfogondesanjuan.com/2017/07/opinion-hablemos-del-tea-trastornos-del.html
Lic. Raydina Lora
El DSM-IV, publicado en 1994, definía el
autismo y sus trastornos asociados como “trastornos generalizados del
desarrollo” (TGD). En el DSM-5,
esta definición ha sido sustituida por el término trastornos del espectro autista (TEA), que han sido incluidos
a su vez dentro de una categoría más amplia de “trastornos del
neurodesarrollo”. Aparece en la infancia y engloba diagnósticos relacionados
con déficit en la comunicación, dificultades para integrarse socialmente, una
exagerada dependencia a las rutinas y hábitos cotidianos, y una alta
intolerancia a cualquier cambio o a la frustración.
Los
trastornos del espectro autista (TEA) son una discapacidad del desarrollo que
puede provocar problemas sociales, comunicacionales y conductuales
significativos. A menudo, no hay indicios en el aspecto de las personas con TEA
que los diferencien de otras personas, pero es posible que quienes tienen un
TEA se comuniquen, interactúen, se comporten y aprendan de maneras distintas a
otras personas. Las destrezas de aprendizaje, pensamiento y resolución de
problemas de las personas con TEA pueden variar; hay desde personas con muy
altos niveles de capacidad (dotadas, o gifted en
inglés) y personas que tienen muchas dificultades. Algunas necesitan mucha
ayuda en la vida diaria, mientras que otras necesitan menos.
Actualmente,
el diagnóstico de TEA incluye muchas afecciones que solían diagnosticarse por
separado e incluyen el trastorno autista, el trastorno generalizado del
desarrollo no especificado de otra manera (PDD-NOS, por sus siglas en inglés) y
el síndrome de Asperger. Hoy en día, a todas estas afecciones se las denomina
trastornos del espectro autista.
Las personas con un TEA a menudo tienen
problemas con las destrezas sociales, emocionales y de comunicación. Es posible
que repitan determinados comportamientos o que no quieran cambios en sus
actividades diarias. Muchas personas con TEA también tienen distintas maneras
de aprender, prestar atención o reaccionar ante las cosas.
Algunos de los signos comienzan durante
la niñez temprana y, por lo general, duran toda la vida.
Los niños o adultos con TEA podrían
presentar las siguientes características: no señalan los objetos cuando otra persona los señala,
tienen dificultad para relacionarse con los demás o no manifestar ningún
interés por otras personas, evitan el contacto visual y quieren estar solos,
tienen dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para
hablar de sus propios sentimientos, prefieren que no se les abrace, o abrazan a
otras personas solo cuando ellos quieren, parecen no estar conscientes cuando otras personas les
hablan pero responder a otros sonidos, repiten o imitar palabras o frases que
se les dicen, o bien, repetir palabras o frases en lugar del lenguaje normal,
tienen dificultades para expresar sus necesidades con palabras o movimientos
habituales, tienen dificultades para adaptarse cuando hay un cambio en la
rutina, pierden las destrezas que antes tenían (por ejemplo, dejar de decir
palabras que antes usaban).
El diagnóstico de los TEA puede ser difíciles de
hacer debido a que no existen pruebas médicas, como un análisis de sangre, para
diagnosticarlos. Para llegar a un diagnóstico, los médicos observan el
comportamiento y el desarrollo del niño.
A veces, los TEA pueden detectarse a los 18 meses
de edad o incluso antes. A los 2 años de edad, el diagnóstico realizado por un
profesional con experiencia puede considerarse muy confiable. Sin embargo,
muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son mucho más grandes.
Actualmente, no existe una cura para los TEA. Sin
embargo, las investigaciones muestran que los servicios de tratamiento de
intervención temprana pueden mejorar el desarrollo de estos niños. Los
servicios de intervención temprana ayudan a los niños desde el nacimiento hasta
los 3 años (36 meses) de edad a aprender destrezas importantes. Estos servicios
pueden incluir terapia para ayudar al niño a hablar, caminar e interactuar con
los demás. Por lo tanto, es importante hablar con el médico de su hijo lo antes
posible si piensa que su hijo tiene un TEA u otro problema del desarrollo.
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