OPINION: Duarte Dilijente
https://www.elfogondesanjuan.com/2017/10/opinion-duarte-dilijente.html
POR: ROBERTO ROSADO FERNANDEZ, EDUCADOR.
Una de las tantas cualidades que adornan al
Patricio Juan Pablo Duarte es la de ser DILIGENTE en todos los aspectos de la
causa que abrazó con el propósito de conseguir el nacimiento de una nación
libre y soberana de toda intromisión extranjera.
De 1838 a
1844 le dió honor al proverbio que dice “la diligencia es la madre de la
buenaventura”. A la firma del Juramento de los Trinitarios llevó un documento
elaborado que leyó posteriormente ser firmado por sus compañeros denotando que
ya había sido pensado y trabajado por él.
De antemano
previó el nombre, el juramento, la tarea de cada uno, el proyecto de república,
con las líneas generales de su
constitución y con sus símbolos, el sistema para entender la conspiración a
todo el país, los medios de comunicación, el financiamiento, las consignas
secretas, las señales criptográficas, los toques, los pseudónimos y colores de
los conjurados.
Señala José María Serra que “tenia Duarte organizada
la idea con tanta prolijidad y con tanta
previsión, que bien se conocía que el proyecto bullía en su cabeza desde
mucho tiempo”.
Mostró sus
dotes diligentes en 1841 en Caracas Venezuela tocando puertas de las familias
dominicanas que allí Vivian logrando de ellos promesas de ayudas para la causa
revolucionaria. Los Patín, Rojas, Pichón,
Colá, Núñez de Cáceres, Madrigal y
Troncoso obtuvo esas promesas.
En 1842
aprovechando el descontento del pueblo haitiano contra Boyer y su disposición
de derrocarlo tomó la iniciativa de que Los Trinitarios participen enviando a
Juan Nepomuceno Ravelo y a Matías Ramón Mella
y Castillo a Aux Cayes.
La derrota
de Boyer el 23 de marzo de 1843 creó una situación caótica en el oeste de la
Isla aprovechando Duarte su condición de miembro de la “Junta de gobierno de la
victoriosa revolución,” en la parte este, para recorrer las regiones y
comprometer para su causa a personas influyentes, especialmente a los hermanos
Pedro y Ramón Santana en la región oriental.
En 1843,
además, dirigió una campaña para que Los Trinitarios participaran en los
comicios convocados para el 15 de junio con el objetivo de elegir colegios
electorales que designaran, a su vez, los diputados a una asamblea
constituyente.
Se recuerda
que esta diligencia de nuestro Padre de la Patria le validó el triunfo al
Partido Duartista, contra los candidatos que apoyaba y promovía el gobierno de
Haití.
Por esta
victoria de los Duartista visitó el presidente Charles Hérard Ainé la parte
dominicana en julio de ese año a la cabeza de un ejército con la finalidad de
ahogar por la fuerza el movimiento de independencia, ocasión en que Duarte
quiso anticipar el levantamiento libertador y la proclamación de la República
con el apoyo de Matías Ramón Mella y Castillo en el Cibao.
Una
confusión en torno al compromiso asumido se produjo, unos por no estar
totalmente convencidos del triunfo y otros no pudieron unificar criterios
acerca de la táctica a seguir para obtener la victoria.
Duarte tuvo
que esconderse y luego salir para evitar la persecución y, entre agosto de 1843 y marzo de 1844 en Caracas, La
Guaira y Curazao, en intensa actividad, solo comparable a la de 1862- 1864,
cuando vuelve a aparecer el héroe de indesmayable diligencia tras enterarse de
que su pueblo había perdido la condición de independiente por la actitud
desmedida y despótica de Pedro Santana.
Otra de las
etapas de Duarte es la de los seis meses que pasó en el país posterior a la
proclamación de la República, dividiendo sus esfuerzos en dos direcciones, la lucha para contener la
contraofensiva haitiana para tratar de recuperar el territorio perdido y la que
tuvo que librar para evitar el protectorado francés auspiciado por los
conservadores encabezados por Pedro Santana y Tomás Bobadilla.
Juan Pablo Duarte convencido de la tarea delicada
que significaba la aspiración de crear una nación libre y soberana no escatimó
ningún esfuerzo en hacer todas las diligencias que hicieran posible tan elevado
propósito.
Estudiar
cada etapa del patricio es una tarea y una necesidad en la presente coyuntura
histórica que vive nuestro país el cual la holgazanería institucional ha
anquilosado el sistema estatal haciendo cada dia mas infuncionales dichas
instituciones convirtiéndolas en espacios de conversaciones intrascendentes que
laceran la calidad de la función y la gestión.
Urgente es
volver a Duarte, ser diligente como él
para mejorar nuestra condición de país
tal y como él lo concibió. De esta manera se podrá defender su integridad
física y moral y, al mismo tiempo, se podrá rechazar cualquier comentario
adverso que intente distorsionar la figura incorruptible del padre de la
República Dominicana.
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