OPINION; Punto y Coma
https://www.elfogondesanjuan.com/2017/02/opinion-punto-y-coma.html
Por Santos Aquino Rubio
El sistema capitalista y la democracia
representativa han caminado de la mano por muchos decenios y los efectos de sus
políticas no han sido suficientes para disminuir la pobreza, la violencia
social y, menos aún, para lograr un mundo que pueda convivir en paz y armonía.
La guerra, la corrupción, la destrucción
masiva y la amplia brecha social son resultados muy visibles de la modernidad
que encarna el neoliberalismo cruel e impiadoso y los hombres mujeres sedientos
de poder, que suelen dañarlo todo para alcanzar sus objetivos personales o
sectoriales.
Sin embargo, el proceso de globalización y los
avances alcanzados por la tecnología nos conducen rápidamente hacia la comprensión
de que es posible alcanzar un mundo mejor si comenzamos a dar los pasos para
alcanzar un sistema democrático con la participación directa de la gente, es
decir del pueblo, en las tomas de decisiones sobre los grandes temas que les
son pertinentes, que en realidad los son todos.
El patricio Juan Pablo Duarte y sus hermanos
de lucha tuvieron esta visión que alcanzó a otros ilustres prohombres como es
el caso del general Gregorio Luperón. Ellos pensaron en la gente y lo dieron
todo por la su patria, luego conculcada por la desidia y la politiquería de
unos cuantos “dominicanos”.
Estamos viviendo con gran premura el
denominado “ciclo telemático”, pero tenemos la certeza de que sus aportes a la
ciencia y su desarrollo nos llevarán, de la mano de Dios, a conseguir los
objetivos que hasta el momento son sólo se plantean teóricamente.
Cuando la gente adquiera el poder y la
capacidad decirle a los gobernantes cuales leyes y decisiones apoyan y cuáles
no, la humanidad tendrá otro curso y los hombres y mujeres de esta tierra
encontrarán el verdadero sentido de la vida.
La democracia representativa es el poder de
unos cuantos sobre muchos, el enriquecimiento de unos pocos a expensas de la
mayoría y, eso tiene que empezar a cambiar en forma pacífica, civilizada y
consciente. Debemos empezar a rechazar el gobierno de unos pocos para que los
pueblos puedan construir sus propios destinos.
El autor es abogado y periodista
aquinorubio@gmail.com
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