OPINION; JIMÉNEZ, VISIÓN HISTÓRICA
https://www.elfogondesanjuan.com/2017/05/opinion-jimenez-vision-histori.html
POR, Roberto Rosado Fernández, UASD, San Juan de la Maguana.
La presencia de los Estado Unidos en el 1916 estaba concebida
desde que estalló la primera Guerra Mundial en 1914. Su interés de aprovecharla
económicamente y políticamente hizo que pensaran en la isla de Santo Domingo y Cuba
como puntos estratégicos para el logro de sus objetivos. Para este propósito aprovecharon la
inestabilidad, que fácilmente podían controlar, encabezada por Desiderio Arias
y los Victoria o Quiquises para la intervención militarmente el país en 1916.
La actitud
asumida por Juan Isidro Jiménez, desde el cuartel militar de San Jerónimo de
renunciar a su condición de presidente antes que aceptar la ayuda de Estados
Unidos es de gran valor e importancia. En su carta del 7 de mayo de 1916
señala: “En mi manifiesto a la ciudadanía de hace dos días, declaré solemnemente
que tenia la dolorosa convicción de que un choque armado entre mis fuerzas, los
constitucionalistas, y los que ocupan las plaza rebelde de la capital de Santo
Domingo, determinase inevitablemente el sonrojo de una intervención norteamericana.”
De falsos patriotas tildó a los rebeldes al preferir darle riendas sueltas a
sus ambiciones personales o de grupos antes que el interés general de la
nación.
Solo hay
que leer el tercer párrafo de su misiva dirigida al pueblo dominicano desde el
palacio de gobierno cuando dice: “ sordo el espíritu de los rebeldes a los
plañideros reclamos de patriotismo, el verdadero, el auténtico, no del que
pregona por las calles y plazas sus hipócritas tonalidades para encubrir
tenebrosas combinaciones políticas, sino el que prefiere el sacrificio del
deshonor del poder que perturbe la diáfana serenidad de la conciencia
dispuestos los autores del golpe de estado
del 14 de abril a hundir la nacionalidad antes que renunciar a su febril
ansiedad de poder, se imponía una alternativa al presidente; regresar a la mansión presidencial entre ruinas a disfrutar
del poder reconquistado por valor extranjeras o la inmolación”
Estas
palabras catapultan a Jiménez y lo colocan en un círculo exclusivo de
defensores del nacionalismo que pregonó nuestro Juan Pablo Duarte.
Su granadesa
se refleja aún más cuando en el párrafo cinco (5) de su renuncia expresa; “comprendo
las desgracias que se ciernen sobre la República Dominicana y el aspecto
jurídico especial que ofrece el organismo
de las instituciones en momentos con el actual en que renuncia a la presidencia
constitucional de la República Dominicana ante el País, ante la Nación
soberana, no ante las Cámaras revolucionarias y apoyadas por las fuerzas
desleales”
De esta manera interpretaba el momento
histórico que vivía el país, la desgracia que le esperaba, pues, tras su renuncia y la negativa de Francisco Henríquez
y Carvajal de aceptar la Magistratura del estado en esas condiciones, los
norteamericanos aplicaron el contenido de la convención Dominico- Americana de 1907 que, además de
entregarle la soberanía económica a los Estados Unidos, le otorgaba el derecho
de intervenir militarmente el país en caso de la existencia de “ Conflictos” que impidieran los pagos de
las compromisos económicos contraídos.
Es tan
grande y tan importante su percepción que merece análisis permanente, sobre
todo del profesorado. En el último párrafo de su carta de renuncia dice: “la
historia apreciará la hora del supremo balance la trascendencia mi gesto, la
gravedad del delito cometido que arroja sombras a sus actores y traerá días de
duelo sobre la nacionalidad inflexible como de ser el fallo de la posteridad.”
Los
norteamericanos intervinieron el país durante ocho(8) largos años dejando las
bases estructurales que dieron paso a la tiranía trujillista los doce (12)años
de Balaguer y los Gobiernos sub-siguientes
cuya actitud refleja las previsiones futuras que ocurriría en nuestro
país hechas por Jiménez en 1916.
Ahora que es
mayo, justo es que el profesorado del Área de Ciencias Sociales desempolve este
documento, lo comente sus alumnos como forma de conocer lo profundo del
pensamiento del presidente Juan Isidro Jiménez.
Publicar un comentarioDefault CommentsFacebook Comments