VER VÍDEO, POEMA: "LA NEGRA CRISTIANA"
https://www.elfogondesanjuan.com/2019/04/poema-la-negra-cristiana.html

Hoy flota en mi lenguaje de poesía el caso que a la letra escenifico repitiendo la historia de los días que fue desarrollada en Puerto Rico.
Cierta doña de alta aristocracia alquiló en su casa una cristiana la cual tenía como única gracia la bendición de Dios cada mañana.
Y cuando las amigas visitaban a esa doña en tarde de canasta la piel negra y el rostro criticaban de la cristiana que servia las tazas, diciéndole: retira esa sirvienta que es muy fea, muy negra y contrahecha, y cuando habla solo recomienda de adorar a Cristo en nuestras fiestas.
A pesar de las burlas y el desprecio la dueña de la casa no veía que la cristiana viviera en defectos por eso retirarla no podía.
Y cuando la Sra. se enfadaba buscaba algún motivo difamante para que la cristiana se marchara aquella se volvía suplicante.
A más de eso tenía la necesidad De trabajar para obtener sustento y oraba cada día más y más tanto en sus labios como en pensamiento.
Aquella negra se sentía blanca se veía bella en Jesucristo por que ya había emblanquecido su alma en la sangre del santo sacrificio.
Más las amigas de la doña aquella con sus ojos carnales no veía que la gracia de Dios iba hacia ellas cuando sus manos negras le servían. Y por eso la doña envanecida resolvió despedir a la cristiana para así agradar a sus amigas aunque inventara una calumnia insana.
Cierto día la doña de la casa escogiendo un riquísimo collar montó en su yate y lejos de la playa miró la joya y la tiró en el mar. Y cuando volvió a su casa falsamente le dijo a la cristiana: malhechora te me largas inmediatamente por robarme un collar buena ladrona.
Entonces la cristiana sorprendida se arrodilló clamando: “Por favor no le robo, ni le hablo una mentira su joya la traerá mi salvador.” Y como la señora estaba tan segura que aquel collar no reaparecería le dijo: “No te voto si lo buscas y para hallarlo te daré dos días.
A más le dijo: Toma esos dos pesos cómpralo de pescado bueno y grande mañana comeré tu ultimo almuerzo antes que te vote o te me largues.
Y la buena cristiana oró aquel día toda la noche y el amanecer, confiando en que el Señor no dejaría a su sierva en desgracia perecer.
Y cuando del mercado regresó el almuerzo del día preparaba al abrir un pescado relumbró el collar que la doña le imputaba.
Corrió a la alcoba con aquel pescado y le dijo a la señora: ya mi Jesús el collar a sus manos ha tornado por la divinidad de su virtud.
Entonces la señora conmovida y llorando en pasmoso escalofrío dobló junto a la negra sus rodillas exclamando: “Perdóname Dios mío.” Más la cristiana aprovechó el momento y le dijo: “El Señor mandó a pescar a Simón al mar un estadero el cual era un denario.
Sra. haga su ofrenda espiritual que hoy se ha llegado el gran momento en que el Cristo la quiere perdonar. Aquella Sra. Se humilló literal y con ella le dio la ofrenda para el templo puesta de hinojos ante el Dios del cielo que de tal manera la llamó de un mundo vanidoso y pasajero.
La doña pudo así testificar ante el mundo y ante el pueblo lo ocurrido poniendo su talento a trabajar para el servicio de Jesús el Cristo. Y de nuevo la Biblia comprobó lo que en ella se había predicado que no permitiría el alto Dios que sus hijos perezcan deshonrados.
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