58 años del fin de Torturas y asesinatos, una marca indeleble en la era de “El Jefe” Rafael Leónidas Trujillo

POR: MELISSA CORREA
Asesinatos, torturas, desapariciones, violaciones, represión política y el culto a su persona, son algunas de las características del régimen de Rafael Leónidas Trujillo Molina, mejor conocido como “El Jefe” o  “Benefactor”, quien gobernó durante casi 31 años el país (1930 hasta 1961).
Su política fue dictatorial y ha sido considerado como uno de los tiranos más sangrientos de toda la historia, la cual sigue hoy día lacerando a toda la sociedad.
Y es que más de 50 mil personas perdieron la vida durante este período presidencial, según afirmó Luisa de Peña Díaz, directora del Museo de la Resistencia, quien destacó que entre esas víctimas se incluyen alrededor de 17 mil haitianos a los que mandó a matar en 1937 en la llamada “Matanza del Perejil”.
En ese grupo no se incluyen los que sufrieron torturas en las diferentes cárceles como “La 40”,  la cárcel del 9.
Además del secuestro, tortura y asesinato del exiliado vasco Jesús Galíndez; o el asesinato de las tres hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, a Trujillo también se le atribuye la persecución contra el entonces presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, luego que este denunciara la dictadura de Trujillo en la Cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA), en 1948.
Muchos otros murieron simplemente por ser familiares de un enemigo del régimen, por negarse a trabajar en las empresas y plantaciones del dictador, o por no venderle sus propiedades.
Pero no solo los dominicanos fueron víctimas de este sistema político, ya que también Trujillo se valió de una especie de asociación de dictadores para cometer crímenes en el extranjero.
Entre estos estaban Anastacio Somoza, de Nicaragua; Marcos Pérez Jiménez, de Venezuela, dictadores como Francisco Franco, en España;  Carlos Castillo Armas, de Guatemala; Fulgencio Batista, de Cuba, y Gustavo Rojas Pinilla, de Colombia.
Así queda establecido en el Centro Nacional de Registro de Víctimas, Torturados y Desaparecidos, que opera en el Museo de la Resistencia, donde un departamento de investigación indaga si la persona que murió era responsabilidad de la dictadura.
Torturas en cárcel “La 40”: Momentos desagradables, malas noches, dormir incómodos, estar desnudos son algunos de los maltratos que recibían los opositores del régimen, que llegaron a la cárcel La 40, ubicada en el sector de Cristo Rey.
“La cárcel la 40 fue expresión extrema de la represión, el abuso de poder, crueldad, control y represión social en la dictadura. El sector militar, los intelectuales, lo apoyaron”, expresa Jaquelin Álvarez, antropóloga e historiadora, refiriéndose a Trujillo. Pero situación similar se vivía en la cárcel de 9, estaba ubicada en la avenida Mella, del kilómetro 9.
La silla eléctrica. La silla eléctrica era un sillón de roble forrado en los brazos, el asiento y la espalda con hoja de cobre, excelente conductor de la electricidad, a los presos le ponían correas en los brazos y los pies y la conectaban a un dispositivo que aumentaba el voltaje.
Era el método de tortura más usado, para sacar la confesión. Además, estaba el tubo eléctrico usado en ese entonces para producir intenso dolor físico (lo aplicaban sobre todo en las mujeres, en su parte íntima).
Otros métodos de represión. No dejar dormir, arrancar las uñas, uso de electricidad para la tortura directa, en los testículos a los hombres, también usando agua, todo esto sucedía cuando se le hacia una pregunta y la persona no contestaba o no decía lo que los inquisidores querían escuchar.
El crimen y la tortura eran otros de los instrumentos de terror que el régimen utilizó. Pero además la ciudadanía estaba en la carencia de libertad de expresión, de tránsito, de religión, y de derecho de propiedad.
Abuso de poder contra la mujer. Las mujeres fueron las más afectadas durante este régimen al ser violadas, torturadas, asesinadas y hasta tratadas como objetos, por ser vendidas.
Pero otro factor influyente en esa época, que favorecía a Trujillo y sus más cercanos colaboradores, era el terror que padecían padres, esposos y hermanos de estas que simplemente las entregaban para que las usara sexualmente.
Luego eran obligadas a practicarse abortos y casarse con subalternos de sus ultrajadores.

Lea más: Acoso, violaciones y asesinatos: violencia hacia las mujeres durante el trujillato

A raíz de tanta opresión y violencia, hoy en día en nuestro país se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en memoria de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, que murieron a manos de Trujillo Molina, junto a Rufino de la Cruz, quien las acompañaba como chofer, el 25 de noviembre de 1960.
Muerte de las hermanas Mirabal “Las Mariposas”.  Secuestradas, matadas a palos y ahorcadas para que, al ser lanzadas dentro del vehículo por un precipicio, se interpretara que habían fallecido en un accidente automovilístico.
Así fueron encontrados los cuerpos sin vida de Minerva, Patria y María Teresa, el viernes 25 de noviembre de 1960, en el interior de un jeep, junto a el conductor del vehículo, Rufino de la Cruz, quienes regresaban de visitar a sus respectivos esposos en la cárcel San Felipe, de Puerto Plata.
Ese día funcionarios de la Policía Secreta interceptaron el automóvil en el que se trasladaban las hermanas en una carretera en la provincia de Salcedo, en el centro norte del país.
Como asesinos intelectuales fueron señalados, además de Trujillo, José René (Pupo) Román Fernández, secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, Cándido Torres Tejada, jefe de Operaciones del Servicio de Inteligencia Militar (Sim) en la estación central.
Mientras que los asesinos materiales fueron Víctor Alicinio Peña Rivera, Ciriaco de la Rosa, Ramón Emilio Rojas Lora, Alfonso Cruz Valerio, Emilio Estrada Malleta, de origen cubano y Néstor Antonio Pérez Terrero.
“Matanza del Perejil”. Fue una matanza ocurrida en el octubre 1937 en República Dominicana, cuando el dictador Rafael Leónidas Trujillo ordenó a sus tropas el asesinato masivo de haitianos en el país, incluyendo hombres, mujeres, niños y niñas, lo cual solucionaría lo que consideraba como un “problema haitiano”.
En pocos días, miles de extranjeros fueron masacrados por las fuerzas militares y policiales con hachas, pistolas, cuchillos y palos, y sus cuerpos fueron arrojados al río Dajabón, llamado el río Masacre, cuyos 55 kilómetros separan la frontera haitiana y dominicana desde 1776.
El nombre se atribuye a que, para identificar a los civiles entre la población dominicana negra y mulata de la zona, la Policía de Trujillo exigía a las víctimas pronunciar la palabra perejil.
Intento de asesinato de Rómulo Betancourt. El viernes 24 de junio de 1960, aproximadamente a las 9:30 de la mañana, mientras el presidente Betancourt se dirigía hacia el Paseo Los Ilustres en Caracas, un carro bomba, estacionado en la avenida Los Próceres, estalló al pasar uno de los vehículos de escolta presidencial cercano al automóvil oficial.
En el atentado perdió la vida el jefe de la casa Militar Coronel Ramón Armas Pérez y dejó con quemaduras generalizadas al ministro de la Defensa, a su esposa y al chofer del vehículo.
Mientras que Betancourt recibió quemaduras en las manos y el rostro, las cuales le afectaron la vista del ojo derecho.
El hecho terrorista fue denunciado ante la Organización de Estados Americanos (OEA), para condenar al gobierno de Trujillo por violación a los derechos humanos dentro de su nación y por financiar ataques terroristas a un jefe de Estado.
Antecedentes criminales antes de llegar al poder. El dictador, antes de la Presidencia de la República, se dedicó al robo de ganado. Pero los crímenes que él cometió en El Seibo, en esa época, están registrados sólo como relatos, porque cuando llegó a la Presidencia quemó los archivos donde estaban dos expedientes de violación, otros por asociación de malhechores y chantaje.
Su muerte. El martes 30 de mayo de 1961, a sus 69 años de edad, a las 9:45 pm, Trujillo fue ametrallado en una emboscada que se produjo en la avenida George Washington cuando se dirigía a su casa, en San Cristóbal.
El Chevrolet Bel Air azul modelo 1957 que conducía su chófer, Zacarías de la Cruz, recibió más de 60 impactos de bala de diversos calibres. Trujillo recibió siete, lo que le provocó la muerte.
El ajusticiamiento del dictador fue tramado por Modesto Díaz, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio de la Maza, Amado García Guerrero, Luis Manuel ‘Tunti’ Cáceres Michel, Juan Tomás Díaz, Roberto Pastoriza Neret, Luis Amiama Tió, Antonio Imbert Barrera, Pedro Livio Cedeño y Huáscar Tejeda.
Los antes mencionados, a excepción de Imbert Barreras, luego fueron acribillados en noviembre de 1961 en la Hacienda María por Ramfis Trujillo y sus colaboradores, luego de ser trasladados de la cárcel de La Victoria, apresados por matar a El Jefe.

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