ARTICULO: Colapso de la salud mental de la mujer ante la crisis económica en RD
POR: MERCEDES ROA, M.A
La salud mental de la mujer ante las crisis económica se ha
convertido en un tema de suma relevancia, ya que estas situaciones no solo
afectan a la estabilidad financiera de la sociedad, sino que también agravan
desigualdades preexistentes que se traducen en un deterioro en el bienestar
psicológico de las mujeres.
Las
crisis económicas tienden a generar incertidumbre, desempleo y recortes en los
servicios públicos, lo cual afecta de manera general a la población. Sin embargo, las mujeres se ven
especialmente vulnerables ante estos escenarios por varios motivos como lo son:
Desigualdades estructurales, Roles de género y el más peligroso el Impacto
que genera en la salud mental. Pero,
a todo esto, se le suma la carga de trabajo y precariedades laborales.
Las
mujeres suelen encontrarse en empleos temporales o en la economía informal, los
cuales son más vulnerables a los recortes y despidos. Esta inestabilidad genera un aumento de la
ansiedad y la depresión, además de reducir la capacidad para desarrollar una
carrera sólida.
Pero también se anexa la obligación de combinar el trabajo
remunerado con las tareas domésticas y de cuidado (como el cuidado de niños, el
esposo, ancianos o personas dependientes) añade una presión extra que afecta su
salud psíquica.
Si a esto le sumamos el desempleo y subempleo durante
las crisis, el aumento del desempleo afecta de manera particularmente grave según
algunos estudios, por la pérdida o precarización laboral en mujeres que suele
venir acompañada por la ausencia de organismos gubernamentales de protección
social los cuales han experimentado un elevado desgaste en los últimos años.
Mas no podemos dejar de mencionar que a todo esto
se le suma la Violencia de Género y Carga de Cuidados, y es que el confinamiento y la situación
económica adversa han incrementado la violencia contra las mujeres, lo que
contribuye a trastornos de estrés postraumático, ansiedad, depresión y en muchos casos feminicidios de parte del
hombre.
Y es que ya no hay políticas públicas
gubernamentales que estén dando apoyo a la salud mental de la mujer, lo cual
externo en mi humilde opinión que para enfrentar y mitigar el impacto de las
crisis económicas en la salud mental de las mujeres es crucial adoptar un
enfoque multifacético tomando medidas tales como:
- Fortalecimiento de la atención primaria en salud mental: Ampliando
y mejorando los servicios de salud mental en centros comunitarios,
facilitando así el acceso de las mujeres a intervenciones terapéuticas y
de apoyo psicosocial.
- Creando Programas de intervención temprana y contención:
Implementar protocolos específicos para detectar signos de estrés,
ansiedad y depresión en la mujer, especialmente en entornos laborales y
comunitarios afectados por la crisis.
- Capacitación profesional: Sensibilizar y formar a
los profesionales de la salud para abordar los determinantes sociales y de
género, asegurando un tratamiento que vaya más allá de la medicación.
- Redes de protección social: Establecer o fortalecer
ayudas económicas y programas de empleo dirigidos a mujeres, así como
políticas de conciliación que redistribuyan la carga de cuidado,
permitiendo un mejor equilibrio entre vida personal y profesional. Sin discriminación
por credo o política
- Medidas anti violencia de género: Garantizar el acceso a
refugios, líneas de auxilio, atención y apoyo legal para las mujeres
víctimas de violencia,
- Enfoque en la igualdad salarial y laboral:
Adoptar políticas de equidad de género en el empleo que combatan la
precariedad y la brecha salarial, promoviendo la estabilidad y el
crecimiento profesional de las mujeres.
- Fomentar las intervenciones comunitarias:
Aumentar el apoyo social a través de redes de mujeres, grupos de autoayuda
y programas comunitarios que fomenten el acompañamiento y la resiliencia
colectiva.
En conclusión, la crisis
económica intensifica los problemas estructurales y sociales que afectan la
salud mental de la mujer. La combinación de inseguridad laboral, exceso de
cargas de cuidado, violencia de género y una respuesta sanitaria a menudo
basada únicamente en la medicalización, crea un escenario en el que la salud
mental femenina se deteriora de manera alarmante.
Abordar estos desafíos requiere políticas públicas
integrales que incluyan medidas de protección social, intervenciones de salud
mental adaptadas a las necesidades específicas de las mujeres y un compromiso
real por parte de las instituciones para luchar contra las desigualdades de
género. Solo así se podrá transformar la experiencia del sufrimiento en
acciones que propicien el bienestar y la equidad en tiempos de crisis Esta
visión integral y multisectorial no solo es fundamental para mitigar los
efectos inmediatos de las crisis, sino también para sentar las bases de una
sociedad más justa y resiliente en el largo plazo.
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