Minería Dominicana: Un llamado a la responsabilidad, la ciencia y la oportunidad nacional
Hablar de minería en República Dominicana exige una visión serena, objetiva y profundamente informada. No se trata de posiciones emocionales, ni de narrativas polarizadas, sino de comprender que la minería moderna forma parte de un sistema técnico, legal y económico que, bien gestionado, puede convertirse en un apoyo significativo para el desarrollo nacional.
Hoy, más que nunca, el país necesita una conversación clara, responsable y constructiva sobre el modelo de minería que aspira a impulsar, una minería guiada por evidencia, regulada con rigor y ejecutada bajo los más altos estándares ambientales y sociales.
Para comprender ese modelo de forma integral, es necesario analizar tres pilares fundamentales:
- La minería como mandato constitucional y responsabilidad de Estado
La Constitución dominicana establece que los recursos minerales son patrimonio público. Esto significa que su aprovechamiento está acompañado de un marco normativo diseñado para proteger el interés general.
No es un proceso improvisado ni discrecional: es un sistema regulado, fiscalizado y sujeto a estándares técnicos que buscan garantizar sostenibilidad y transparencia.
Comprender este marco permite entender que la minería responsable no es una amenaza, sino una actividad prevista por ley que debe realizarse bajo exigencias muy claras.
- La minería moderna es evaluación, ciencia y gestión responsable
La minería del siglo XXI es, ante todo, un ejercicio científico.
Una operación responsable solo se valida cuando:
- los estudios geológicos confirman el potencial del recurso,
- el impacto ambiental y social se evalúa con rigurosidad,
- la factibilidad técnica y económica demuestra viabilidad,
- los planes de restauración aseguran la recuperación del entorno,
- y el monitoreo continuo garantiza cumplimiento a lo largo de toda la operación.
Estos elementos conforman la esencia de una minería moderna: planificada, regulada y ejecutada con criterios de sostenibilidad.
- Aporte económico y oportunidad para el desarrollo territorial
La minería responsable crea empleos formales, impulsa cadenas de valor, promueve innovación tecnológica y contribuye de manera significativa a los ingresos del Estado.
En zonas rurales, puede convertirse en una plataforma para:
- infraestructura,
- capacitación,
- dinamización económica,
- y mejora de la calidad de vida.
Cuando estos procesos se gestionan con transparencia y participación, la minería puede coexistir con el territorio de manera positiva y sostenida.
La clave no es polarizar; es orientar y construir
La conversación nacional sobre minería no necesita defensas emocionales ni rechazos automáticos.
Necesita claridad, investigación, comunicación transparente y un enfoque integral que permita evaluar cada proyecto sobre la base de su evidencia técnica.
Una minería bien ejecutada genera confianza.
Una minería bien regulada genera desarrollo.
Una minería bien comunicada genera comprensión pública.
El país cuenta con el marco jurídico, la capacidad técnica y la madurez institucional para impulsar una minería responsable y alineada a los valores de sostenibilidad y progreso.
El desafío es seguir fortaleciendo procesos, garantizando estudios serios y promoviendo espacios de diálogo donde la información clara sea el punto de partida.
La minería no es un fin en sí misma: es una herramienta.
Y como toda herramienta, su valor depende de cómo se utilice.
República Dominicana tiene la oportunidad de hacerlo bien.
Con ciencia.
Con institucionalidad.
Con responsabilidad.
Y con visión de futuro.
POR MAVELIN RAMÍREZ
*La autora es Project Manager, Especialista en Gestión Humana, Desarrollo Organizacional y Direccionamiento Estratégico en la Gestión Empresarial, Docente Universitaria, Comunicadora.
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