ARTICULO: El Sistema de Pensiones dominicano (Régimen Contributivo), una mirada al debate actual (III)
https://www.elfogondesanjuan.com/2020/06/articulo-el-sistema-de-pensiones.html
En artículos previos
de esta serie, se abordaron las posibles razones por las cuales la propuesta de
utilizar hasta el 30% de los fondos acumulados y que son administrados por las
Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) ha generado tanto apoyo por parte
de los trabajadores. De igual modo, en una segunda parte se explicó el porqué,
a nuestra consideración, dicha propuesta no beneficiaría a los trabajadores así
como tampoco implicaría un cambio sustancial en el sistema actual, que es lo
realmente importante, nuevamente a mi entender.
Actualmente, nos
encontramos ante la gran pregunta que viene luego de una crítica ¿qué se debe
hacer? o una más personalizada ¿qué propones?, pregunta las cuales pretendo
responder en las próximas líneas.
Tal y como se ha
indicado, el sistema de fondos de pensiones bajo el régimen contributivo se
basa en el aporte de fondos por parte de los empleadores y empleados para su
administración por ciertas sociedades (AFPs), con miras a obtener rentabilidades
a cambio de una comisión mensual de hasta 0.5% del salario mensual cotizable
personal y comisión de hasta el 30% anual de la rentabilidad obtenida (doble
comisión).
En un mercado
competitivo, la misma dinámica del mercado excluye a aquellos agentes con un
mal desempeño (excesos de costos operativos, precios elevados, pobre servicio
al cliente, etc.), por ende las empresas siempre intentan superar a su
competidor a través de un mejor desempeño. Sin embargo, en el caso del sistema
de pensiones de la República Dominicana, las inversiones efectuadas son
similares en cuanto al riesgo y beneficio, por ende, el afiliado no tiene ncentivos
en transferirse de una AFP a otra, pues ofrecen básicamente lo mismo, lo cual
es evidente que no es suficiente. En adición a lo anterior, las AFPs tienen garantizados
cierto beneficios a través del cobro por administración de los fondos captados,
por lo que mientras más afiliados más ingresos por concepto de administración
de fondos, pudiéndose relativizar la necesidad de invertir en instrumentos
financieros que ofrezcan una alta rentabilidad vs. instrumentos financieros más
seguros y/o
“confiables”.
Lo descrito
anteriormente podría implicar cierto comportamiento de manada, en el cual el
incentivo de las AFPs es obtener mayores beneficios sin distanciarse de la
rentabilidad mínima aunque dichos beneficios sean mayores que los obtenidos por
los afiliados, en vez de obtener la mayor rentabilidad a favor de sus afiliados
y por ende el mejor desempeño[1] dentro del mercado.
Para el autor, la
situación descrita anteriormente podría ser resuelta o atenuada mediante la
inclusión de representantes de los beneficiarios en los órganos de decisión y/o de fiscalización
de las AFPs, sin que esto implique una sustitución de las funciones y
atribuciones de la Superintendencia de Pensiones.
Existen numerosos
mecanismos para garantizar una mayor representación en las AFPs, ya sea a
través de una cuota en los distintos consejos de administración a partir de la
cantidad de afiliados, votación de los miembros (afiliados), designación por
parte de los afiliados de un órgano externo de control/fiscalización de las actuaciones, salarios, costos, gastos
operativos, criterios para realizar inversiones, etc.
Una mayor
representación en los entes decisorios sobre el manejo de nuestros fondos o por
lo menos en los entes de supervisión, generará mayor interés en los afiliados y
a su vez más transparencia en las inversiones, sus rentabilidades y criterios
de selección. Ampliando sobre esto último, exhorto al lector a revisar sus
últimos tres reportes remitidos por su AFP, posiblemente observará una relación
de los aportes efectuados, su rendimiento y el balance acumulado, sin embargo, no
encontrará ni señales de los instrumentos financieros seleccionados, criterios,
rentabilidad, entre otras.
Una representación
de los afiliados obligaría a evaluar las inversiones efectuadas, su
confiabilidad, pertinencia, rentabilidad, inversiones en grupos relacionados, riesgo
de las mismas, desempeño, etc. Asimismo, la inclusión de representantes de los
afiliados reduciría los “conflictos de intereses” entre los intereses de las
AFPs, el de sus dueños -en su mayoría grupos financieros- y el de los
beneficiarios.
De igual forma, esto
contribuiría a promover en los cotizantes interés en este sistema previsional,
un ejercicio más efectivo de sus derechos, entre otros.
Claro, los
representantes o funcionarios designados deberían cumplir con ciertos perfiles
establecidos para estas funciones, así como sus actuaciones y/u omisiones deben
conllevar consecuencias civiles y penales, al igual que la de los miembros del
Consejo de Administración de las AFPs. De igual modo, la elección de
representantes debe ser transparente, justa y con mecanismos accesibles a los
afiliados.
Quizás la solución
parezca simple, sin embargo no lo es, implica introducir elementos externos a
una sociedad de capital privado con intereses distintos a los que posiblemente
tengan aquellos propietarios; intereses que no son incorrectos pues todo el que
incurre en una actividad lo hace para obtener un beneficio (moral y/o económico), en
este caso, en una actividad comercial y por ende, lo más probable, un beneficio
económico, por lo que se generarían numerosas fisuras, reticencia en aceptar,
incluir, involucrar los nuevos miembros, advertencias de colapso del sistema,
limitaciones en actuaciones, así como cualquier otro fatalismo imaginable. No
obstante lo anterior, la solución propuesta es realizable y generaría beneficios
para los cotizantes, beneficios para el sistema, incluyendo a las mismas AFPs
que actualmente son parte del problema, pero pueden ser parte de la solución.
Dicha solución
iniciaría, en principio, con una modificación legislativa a la Ley 87-01 que
crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social así como la emisión de distintas
normas reglamentarias.
Es tiempo de
discutir seriamente lo que pretendemos alcanzar como país con este tema, lejos
de propuestas populistas e intereses disfrazados.
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