ARTICULO: Mis razones por las que Donald Trump debió ganar el Nobel de la Paz
POR: RAFAEL MENDEZ
Aunque tradicionalmente soy anti -Trump, el autor argumenta que su mediación en el conflicto Israel-Hamás durante su segundo mandato ameritaba al menos una nominación seria al Premio Nobel de la Paz.
En su segundo mandato, Donald Trump protagonizó un cambio diplomático significativo en Oriente Medio al liderar una iniciativa para poner fin al conflicto entre Israel y Hamás. Aunque como siempre en política existen sombras y controversias, creo que sus acciones justificaban seriamente que fuese considerado para el Premio Nobel de la Paz. Aquí mis razones.
1. Propuesta concreta de paz con etapas bien definidas
Uno de los mayores problemas en gran parte de los esfuerzos pasados era la vaguedad: muchas propuestas diplomáticas se centraban en deseos y principios, pero sin hoja de ruta clara. Trump presentó un plan de paz para Gaza en septiembre de 2025, de 20 puntos, que incluye:
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alto al fuego inmediato,
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intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos,
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retirada gradual de las tropas israelíes de Gaza,
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creación de una autoridad palestina tecnocrática para la transición,
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instancias de supervisión internacional.
Este plan tiene mayor concreción que muchas alternativas previas, lo que facilita tanto el logro como la evaluación de lo alcanzado.
2. Presión diplomática y coordinación regional
Trump no actuó en solitario. Medios como Qatar, Egipto y Turquía funcionaron como mediadores esenciales, ayudando a facilitar las negociaciones y a dar garantías de cumplimiento a las partes.
Además, su solicitud pública de que Israel suspendiera los bombardeos para permitir el rescate seguro de los rehenes subraya su enfoque orientado hacia la inmediata reducción del sufrimiento humano.
3. Logro del acuerdo de la primera fase: cesar fuego, rehenes, retirada parcial
El hecho de que ambas partes, Israel y Hamás, aceptaran la primera fase del plan —cesar el fuego, liberar rehenes, iniciar retirada parcial de las tropas israelíes, y liberar prisioneros palestinos— representa un avance real. No es solo promesa, fue una acción que comenzó a implementarse.
Para muchos, ese tipo de pasos son la materia de la que están hechas las recompensas diplomáticas importantes como el Nobel.
4. Reducción del sufrimiento humano como prioridad
El intercambio de rehenes, la liberación de prisioneros, y la apertura gradual de vías humanitarias para Gaza muestran que el plan no solo puso metas políticas, sino también humanitarias. Trump insistió en detener bombardeos cuando los rehenes estuviesen en peligro, lo que sugiere que la preservación de vidas fue un componente central en su enfoque.
Además, el cese de hostilidades brinda un alivio inmediato para civiles atrapados en situaciones de guerra, más allá de lo simbólico.
5. Potencial de establecer precedentes duraderos
Si el plan completo se implementa —incluyendo la autoridad transitoria, el desarme de Hamás, supervisión internacional— podría sentar bases para una paz más estable, y no sólo para un alto al fuego temporal. Aunque todavía resta mucho por definir, la hoja de ruta tiene puntos que podrían consolidarse como precedentales para otros conflictos:
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transición de poder a administraciones neutrales,
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involucramiento de actores regionales como garantes,
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mecanismos claros de intercambio y retirada.
Todo eso sugiere que la iniciativa podría trascender el ciclo habitual de confrontación-represión que tantas veces ha definido este conflicto.
6. Riesgos asumidos y liderazgo visible
Trump asumió riesgos políticos significativos. Al presionar públicamente a Israel para moderar su respuesta militar, al comprometerse ante audiencias internacionales, y al coordinar con países árabes a veces críticos, demostró un liderazgo que no siempre es natural en políticas exteriores tan polarizadas.
Ese liderazgo, visible, con alto riesgo (incluyendo críticas internas por apoyar un plan con concesiones), demuestra que no se trataba solo de retórica, sino de apuesta real.
Conclusión
Claro, hay objeciones válidas:
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Las dudas sobre si Hamás se desarmará realmente,
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la transparencia en la retirada israelí,
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los mecanismos de supervisión,
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que algunas cláusulas favorecen más a unas partes que a otras,
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y que la paz duradera exige más que un alto al fuego.
Pero aun considerando esos desafíos, lo que Trump hizo en su segundo mandato representa un esfuerzo excepcional, con avances tangibles, en una zona de profundas fracturas, con daños humanos espantosos.
Por esas razones, creo que Donald Trump mereció que se considerara seriamente para el Nobel de la Paz: no por perfección, sino porque hizo algo diferente, algo concreto, que redujo sufrimiento y abrió una puerta real hacia la paz.

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